fbpx

Cómo detectar tus creencias y usarlas a tu favor

detectar creencias

Las creencias que tenemos cada uno de nosotros son muy importantes porque están directamente relacionadas con nuestra actitud, con la interpretación que hacemos de la vida y lo que esperamos de ella. Influyen directamente en nuestras acciones y evidentemente en sus consecuencias.

Las creencias tienen el poder de crear o destruir.

¿Qué creencias tienes tú?

Cuando detectas tus creencias puedes distinguir claramente entre aquellas que te limitan y aquellas que te potencian.

¿Qué es una creencia?

Una creencia es la sensación de total certeza que tenemos acerca de algo. Muchas de nuestras creencias son generalizaciones sobre experiencias vividas en el pasado, no las elegimos conscientemente y, además, una vez hemos adoptado una creencia nos olvidamos de que es una interpretación de la realidad y no la realidad misma.

Como las creencias nos dan seguridad no estamos dispuestos a ponerlas en duda, ya que nos resulta desagradable la sensación de inseguridad. Preferimos buscar todo aquello que confirme nuestra creencia.

Y lo curioso, es que siempre acabaremos encontrando confirmación para cualquier tipo de creencia que tengamos, ya que nos convertimos en especialistas en anular todas aquellas situaciones que están en franca oposición con nuestra creencia.

Nuestras creencias son muy importantes porque están directamente relacionadas con nuestra actitud, con la interpretación que hacemos de la vida y lo que esperamos de ella. Influyen directamente en nuestras acciones y evidentemente en sus consecuencias.

Podemos distinguir entre dos tipos de creencias

  • Creencias potenciadoras: son aquellos pensamientos que te dices a ti mismo/a y que guían tu comportamiento a cosas positivas. Por ejemplo, una creencia potenciadora sería “Yo puedo conseguir este objetivo”. Tener ese pensamiento aumenta nuestra autoestima, nos eleva la confianza y permite que tengamos una alta motivación.
  • Creencias limitantes: son aquellos pensamientos que nos impiden crecer, que no potencian nuestro comportamiento hacia cosas deseables. Por ejemplo, una creencia limitante sería “No soy capaz de hablar en público”. Esta creencia nos hace evitar a toda costa situaciones que impliquen hablar en público porque no nos sentimos capaces. Esto nos limita y nos impide crecer y mejorar.

Las creencias tienen el poder de crear o destruir.

Puedes usar el poder de tus creencias para trabajar a favor de tus metas, o puedes usarlo para destruir tus sueños.

¿Qué prefieres?

Existe un fenómeno que ha sido observado y analizado por la medicina en muchas ocasiones, se llama el “Efecto Placebo”, y es una demostración práctica del poder de nuestras creencias: personas que se toman una pastilla inocua creyendo que se trata de un medicamento reciben los mismos efectos positivos que si hubiesen tomado el propio medicamento.

Lo que nos muestra el efecto placebo es que nuestras creencias conforman nuestra realidad. Por lo que si tu vida no te satisface piensa qué creencias se encuentran en el origen de tus dificultades y sustitúyelas por creencias más constructivas.

Empezaremos por tomar conciencia de nuestras creencias y hacerlas más evidentes llevándolas a la superficie.

Estas son algunas de las creencias limitantes más frecuentes:

  • “Tengo que ser perfecto/a”
  • “Si no espero grandes cosas no me decepcionaré”
  • “El dinero corrompe”
  • “Tengo que merecerme lo que obtengo”
  • “Las soluciones tienen que ser complejas”
  • “Todo lo que sube, baja”
  • “Es que dependo de…”
  • “El dinero es la raíz de todo mal”
  • “No estoy a mi altura” “No soy lo bastante bueno”

Más creencias limitantes serían: “Me resulta difícil”, “Esto no es para mí”, “Me cuesta decidirme”, “Me van a decir que no”, “No me atrevo”, “No tengo tiempo”, “Las circunstancias no me lo permiten”, “Estoy cansado”, “No voy a poder”, “No tengo fuerzas suficientes”, etc.

¿Reconoces algunas de ellas?

Las creencias tienen el poder de influir en el uso que haces de tu potencial.

Si cambias el significado que le das a cualquier suceso, cambiarás también tu forma de sentir, lo que te llevará a un cambio en tu manera de actuar aprovechando mejor tus recursos potenciales, lo que conllevará la obtención de unos resultados más satisfactorios y acordes con tus sueños.

¿Cuáles son las creencias que te limitan a ti?

La cuestión no es plantearte cuál de las dos creencias es la “verdadera”, lo que de verdad ha de importarte es saber cuál de las dos te capacita más y te ayudará a conseguir tus metas.

Solución: Trabaja la Aceptación

“Aquello a lo que te resistes, persiste. Lo que aceptas te libera”.

Es importante la aceptación para sentirnos en paz con nosotros mismos, pero también para cambiar con mayor eficacia los aspectos de nuestra vida que nos van minando.

En lugar de quejarte de lo que no te gusta de tu vida aprovecha los buenos aspectos de cada situación.

La vida es la vida; se trata sólo de algo que está pasando, y todo lo que sucede es instructivo de alguna manera u otra, es lo que va conformando nuestra experiencia vital.

Recuerda que todos los consejos que te traigo todas las semanas requieren de práctica y de tu compromiso para llevarlos a cabo.

Así que ahora te toca a ti. Cuéntame en los comentarios como lo llevas y si te ha resultado útil este artículo.

Y si te ha gustado, dale a me gusta y compártelo para poder ayudar a otras personas a encontrar la solución.

También puedes recibir directamente en tu email herramientas para sentirte bien y expandir tu potencial.

Encontrarás:

  • Consejos exclusivos. Que no encontrarás ni en el blog, ni en el podcast, o en mi canal de YouTube.
  • Ejercicios y retos para acompañarte en tu crecimiento personal a lo largo del año.
  • Ofertas exclusivas de mis cursos, libros y eventos.
  • Webinares gratuitos a lo largo del año donde podrás preguntarme lo que quieras.

Déjate acompañar.

¡Fortalece tu compromiso de cambio ahora!

¡Recuerda! Todo empieza en ti.

Descubrir tu propósito y enfocarte en él

encuentra tu propósito

Descubrir tu propósito y enfocarte en él, mi nueva versión como coach y terapeuta, si. 

Más que una nueva versión es una lógica evolución en mi camino.

Pero una nueva versión como coach y terapeuta …

¿POR QUÉ?

Porque creo y tengo la experiencia que vivir con propósito marca una gran diferencia y te preguntarás ¿Cuál es esa gran diferencia?

Te la voy a contar…

De pronto tu vida cobra sentido, hay una fuerza poderosa interna que aparece en ti, una fuerza invisible e invencible que te pone en marcha.

Eso que llamamos motivación y que nos sirve de motor para levantarnos con ilusión por la mañana.

Eso que da dirección y aporta ilusión a nuestras vidas, que nos invita a ser coherentes.

Seguirle nos da armonía.

No importa lo que demande, no importa lo que cueste, no importa el esfuerzo, el tiempo. Solo pide caminar y enfocarse en esa dirección, hacia ese objetivo.

Hace pocos días una amiga me decía: ¡Eso es mucho!

Y tanto que es mucho.

Tanto que la vida te cambia.

Si, descubrir tu propósito y que te enfoques en él da un giro a tu vida.

UN “PARA QUÉ” VIVIR.

Si, cambia porque ya tienes un “para qué” vivir, tienes un destino, una misión importante y trascendente que cumplir.

Esto te proyecta al futuro en otra dimensión, en otro nivel. Te pone en acción.

A partir de aquí tienes un lugar al que dirigirte, un faro que te guía e inspira, un camino que recorrer y una transformación a realizar en ti, que te convierta en la persona capaz de materializar ese propósito

Escuchas esa melodía que inspira todas tus actuaciones y que te ayuda a tomar decisiones en momentos de flaqueza o duda.

¿QUÉ ES EL PROPÓSITO?

El propósito es aquello en que has venido a hacer, a impactar, a mejorar, a cambiar en este mundo.

Aquello con lo que contribuir aportando tu granito de arena a realizar una transformación en algún área que haga este mundo y las personas que lo habitamos seamos algo mejores. En el área que sea, con el alcance que sea, cada uno con el suyo de acuerdo con sus posibilidades.

Todos hemos venido a este mundo para hacer algo.

Podemos responder a ello o quedarnos en nuestra cueva en lo que yo llamo nuestra “incomoda comodidad”. La elección es nuestra.

El resultado la escasez o la abundancia, el dolor o el amor, la insatisfacción o plenitud…etc.

¿QUÉ NECESITAS PARA DESCUBRIR TU PROPÓSITO Y ENFOCARTE EN ÉL?

Indagar para identificarlo. Más tarde empezaras a enfocarte en él a dirigir y orientar tu vida y tus acciones en la dirección que te marque. Pero y te preguntarás ¿indagar dónde? 

En lo más valioso que posees. Tu mismo. En tu historia de vida, en tus experiencias.

“LA CUEVA A LA QUE TEMEMOS ENTRAR TIENE EL TESORO QUE BUSCAMOS”. JOSEPH CAMPBELL.

En esos acontecimientos que marcaron tu vida y produjeron sentimientos intensos, negativos y positivos de los que se derivaron patrones de conducta que te llevaron a actuar de una manera y a evitar otra.

Pues necesitarás indagar para poner consciencia y descubrir tu propósito luego será el momento de enfocarte en él.

Sin consciencia no hay posibilidad de cambio. Sin diagnóstico no hay medicación.

¿QUÉ ENCONTRARÁS EN TU HISTORIA?

Tus grandes tesoros, aquello que antes considerabas miserias.

En qué eres vulnerable. Cuales son tus habilidades producto de aquello que has practicado y sobre todo aquello que te ha gustado y has amado hacer.

Aquello con lo que disfrutabas y perdías la noción del tiempo.

Igualmente, aquello donde has tenido que hacer un esfuerzo para desarrollarlo porque te costaba más. En estas áreas terminamos volviéndonos expertos.

Te va a dar mucha luz, claridad, comprensión y ese gran descubrimiento que es tu gran talento. Qué es aquello que sabes hacer muy bien. En qué eres especial y único.

Ese don que nadie como tu posee. Eso que lo japoneses llaman Ikigai y que será tu arma poderosa para responder a tu propósito.

El don con el que podrás hacer lo que te gusta, que el mundo necesita y te paguen por ello. ¡Un cocktail muy potente!

¿CÓMO DESCUBRIR TU IKIGAI?

Con un sencillo método en 5 pasos. 

Lo tienes en mi guía gratuita TU IKIGAI HABLA.  No tienes más que pinchar AQUI , lo recibirás en tu correo electrónico.

Cuando conoces tu Ikigai ya has dado un paso de gigante hacia descubrir tu propósito para poder enfocarte en él más adelante.

Además de tu Ikigai pondrás consciencia a muchas más cosas como son tus verdaderos y más profundos deseos, tus anhelos.

Cuales han sido tus sentimientos más profundos y qué relación guardan entre los que se han repetido con mayor intensidad.

Una información valiosa para descubrir tu propósito de vida y enfocarte en él: mi nueva versión como terapeuta y coach porque conocer tu propósito literalmente te cambia la vida.

Ley de la atracción: ¿de verdad funciona?

ley de la atracción

¿Conoces la Ley de la Atracción?

En la vida no atraemos necesariamente aquello que queremos, sino más bien aquello en lo que pensamos, aquello en lo que creemos, aquello que esperamos, en lo que nos concentremos y de lo cual hablamos la mayor parte del tiempo.

La Ley de la Atracción dice que cuando una imagen está implantada en la mente, se ponen en funcionamiento fuerzas invisibles, fuerzas que intentan manifestar esa imagen en la realidad.

Es importante conocer estos principios y, sobretodo, aplicarlos en tu día a día.

¿Quieres conocer todos los detalles?

En este artículo voy a contarte en qué consiste exactamente la ley de la atracción y cómo puedes usarla a tu favor.

Así funciona la ley de la atracción

¿Te suena esta frase? “Si sigues haciendo lo mismo que has venido haciendo, seguirás atrayendo los mismos resultados.”

Seguro que habrás observado que cuando eres feliz, estás relajado, te lo pasas bien y haces lo que te gusta, estás inmerso de lleno en lo que quieres, hablas de ello, le dedicas tiempo y sueñas con conseguirlo, de repente, como por arte de magia, aparece la persona, la circunstancia o la oportunidad adecuadas para lograr lo que quieres.

Y, a la inversa, también te habrá ocurrido en alguna ocasión tener la sensación de ir acumulando un problema tras otro, de que apenas estás haciendo frente a una situación complicada, y, ¡zas! Te ocurre otra cosa negativa, como si fueras gafe.

De alguna manera todo atrae a su igual, y tendemos a relacionarnos con gente que piensa como nosotros y que tiene nuestros mismos gustos e inclinaciones, gente de nuestro mismo nivel social y cultural.

Cuando tienes algún pensamiento, este ofrece y envía una determinada vibración que a su vez atrae lo similar al mismo; es decir, si tus pensamientos son optimistas, atraerás gente y circunstancias de la misma frecuencia y viceversa en el caso contrario.

No es nada mágico, no es nada esotérico, es simplemente energía.

Todo en el universo es energía, también los seres humanos somos un conjunto de átomos y moléculas que están vibrando a una velocidad que permite que parezcamos sólidos, cuando no lo somos en realidad. Esa energía vibratoria crea un campo magnético a nuestro alrededor.

Es un hecho científico, según Einstein todo es en realidad energía que vibra en diferentes frecuencias.

Nuestro campo magnético es un fiel reflejo de lo que somos. Varía según nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestros miedos, etc. Pero lo que es realmente importante es que atraemos hacia nosotros aquellas vibraciones que son similares a las nuestras. Somos como grandes imanes.

Si me siento continuamente frustrado por no tener lo que deseo, mi campo magnético vibrará en la que podríamos llamar “onda de frustración”, por lo que tendré la tendencia de atraer hacia mí personas o situaciones también frustrantes.

Sin embargo, si vibro en una “onda de alegría”, lo que atraeré a mi vida será mucho más satisfactorio.

Quizá te suena esta situación…

Muchos de nosotros deseamos ser financieramente independientes, sin embargo, pensamos continuamente en que no tenemos el suficiente dinero, en que siempre nos faltará y, en el fondo, no nos creemos capaces de cambiar las cosas.

¿Qué ocurre?

Pues, que nuestro objetivo de conseguir la independencia financiera ocupa el 5% de nuestra mente, pero nuestras frustraciones y nuestros pensamientos negativos, debidos a nuestra actual situación económica, nos ocupa el 95% restante.

Como ya hemos dicho antes, atraemos aquello en lo que pensamos la mayor parte del tiempo, aquello que destacamos, en lo que concentramos nuestra atención, lo que alimentamos, lo que creemos en el fondo.

Parece muy simple, pero también es muy poderoso.

Lo curioso es que todos somos imanes vivientes, todos disponemos de ese magnetismo, y ya lo utilizamos, aunque inconscientemente, de lo que se trata ahora es de utilizarlo a nuestro favor.

La Ley de la Atracción dice que cuando una imagen está implantada en la mente, se ponen en funcionamiento fuerzas invisibles, fuerzas que intentan manifestar esa imagen en la realidad. Una imagen clara que esté implantada en la mente lleva consigo el poder de atraer lo que sea necesario para completar esa manifestación.

La ley de la atracción trabaja únicamente como inclusión. En otras palabras, no existe ninguna ley denominada “Ley de la exclusión” ni tampoco “Ley de no quiero esto” o “Ley de aléjate de mi vida” y eso significa que a cualquier cosa que le prestes atención, lo estarás incluyendo en tu vida.

3 Pasos para usar la Ley de la Atracción a tu favor

Una vez visto cómo funciona la Ley de la atracción, solo nos queda aprender a usarla a nuestro favor. Para ello puedes seguir estos 3 pasos:

1. Define con claridad lo que quieres

Pon el énfasis sobre tus objetivos, no sobre los obstáculos o sobre aquello que quieres evitar. Lo primero es reconocer en que están enfocados tus pensamientos, si lo primero que te viene a la mente es lo que no quieres, cambia de pensamiento diciéndote: “Vale, esto es lo que no quiero, pero, ¿Qué es lo que quiero de verdad?”

2. Elimina la duda

Puede parecerte algo ilógico creer en tus objetivos cuando no hay nada que te garantice conseguirlos. Pues, sí, es ilógico, sin embargo, es bien poderoso. Decide que sí vas a conseguir tus objetivos, aunque no sepas cómo. Hazlo como un acto de autoafirmación. Deja ir toda clase de resistencia y cree que lo que quieres vendrá a ti, simplemente porque es lo que quieres.

3. Eleva la vibración

Ahora es importante sentirte bien con lo que quieres, para ello vas a elevar la vibración agregando sentimientos a tus pensamientos.

Visualiza con todos tus sentidos.

Si, por ejemplo, desear ganar un premio de literatura, puedes visualizarte como en las películas, sentado en un puesto de honor, verte levantándote y subiendo al escenario a recibir el trofeo, etc. Pero también puedes sentir esa experiencia como si fuera real: tocando el trofeo y sintiendo su tacto frío, oliendo el perfume de las flores de la sala, oyendo los aplausos de los asistentes, sintiendo los abrazos de felicitación de tus amigos y familiares, etc.

Además de visualizar tu objetivo, vívelo, vibra con él.

Y, además…

  • Rodéate de tus sueños y metas, sumérgete en ellos.
  • Ocupa tu vida y tu pensamiento con tus metas, de tal manera que quede muy poco espacio para tus dudas, temores y frustraciones.
  • Llena tu cuaderno de sueños y metas.
  • Compártelos con tus seres queridos.
  • Rodéate de personas con objetivos similares.
  • Lee libros que te motiven e inspiren.
  • Lee biografías de personas que han conseguido objetivos similares a los tuyos.
  • Cuelga a tu alrededor fotos y dibujos que te recuerden lo que persigues.
  • Asiste a cursos y conferencias.
  • Viaja.

Cuando te descubras pensando en tus problemas y obstáculos, detén esos pensamientos y sustitúyelos por tus metas.

Haz que te sientas tan rodeado de todo aquello que deseas que conseguirlo sea inevitable para ti.

Así que ahora te toca a ti. Cuéntame en los comentarios como lo llevas y si te ha resultado útil este artículo.

Y si te ha gustado, dale a me gusta y compártelo para poder ayudar a otras personas a encontrar la solución.

¡Fortalece tu compromiso de cambio ahora!

¡Recuerda! Todo empieza en ti.

Que los éxitos de los demás no te hundan

LOS CELOS laborales: no es cosa del ROMANCE

¿Te ha pasado que alguien ha venido emocionado a contarte lo bien que le va en la vida y en lugar de alegrarte por él/ella, has sentido unos deseos irrefrenables de… matarle?

Yo definitivamente sí.

Cuando estamos en un bache emocional o profesional y otra persona a nuestro alrededor logra avances que nos gustaría conseguir, a veces resulta complicado ser madur@ y no pensar de forma inmediata en ti mism@.

“¿Y yo qué? ¿Qué estoy haciendo mal?”

Tal vez no estés haciendo nada mal, simplemente sea una etapa de transición (tan necesarias y a la vez rechazadas por todos), o también es posible que estés esperando a que todos esos éxitos vengan a ti como por arte de magia, casi como si dijeras “me lo merezco, por lo que no tengo por qué luchar por ello”. Pero la vida no funciona así.

¿CÓMO LIDIAR CON ESTE TIPO DE CELOS para no estancarte?

Quien algo quiere, algo le cuesta, y si nos paramos a preguntar a esas personas a quienes admiramos cómo han llegado a donde están, lo más probable es que todos tengan varias explicaciones pero una sola palabra para resumirlo: ESFUERZO.

Y no quiero decir con esto que la vida o nuestras metas deban de ser una batalla constante. De hecho, creo fervientemente que cuando lo que estás haciendo conecta contigo, todo va relativamente fácil.

Pero eso no significa que no debas de mover un dedo, por supuesto.

El problema cuando llegan los celos laborales, lo tenemos en que nos quedamos con lo negativo. Con lo que nos queda para llegar hasta ese punto ideal. Pero esas personas no han avanzado por arte de magia, han seguido pasos y han ido poco a poco. ¿Qué es eso que han estado haciendo? ¿Tú podrías hacerlo también? ¿Querrías?

Ahí es donde realmente se resume todo. En la voluntad para esforzarnos y hacer todo aquello que hasta ahora probablemente nos ha dado miedo o pereza hacer.

Al final depende de cada uno de nosotros decidir si queremos ver la vida pasar o hacer que la vida pase, y si nuestros sueños y objetivos valen nuestro tiempo y energía.

Y tú, ¿quién quieres ser?

Si te ha gustado y quieres que siga subiendo estos posts, por favor dale a me gusta y déjame un comentario dándome tu opinión.

¡Estoy aquí para aprender!